Reducción de azúcar (dia 4)

 Me di cuenta en términos generales que detecto lo intoxicada que estoy de azúcares. Me pasó el primer día que pensaba en pasteles, cosas sabrosas con azúcar. El punto era comer muy baja cantidad de este elemento y dejarla de a poco, para que no sea tan impactante. Realmente cuando solía comer azúcar antiguamente era galletas, te con edulcorante, miel, chocolates y queque a destajo. Mi hermana compra muchos dulces, y finalmente terminaba con una sensación de hartazgo en el cuerpo, como con algo en el pecho muy pesado. 

Comer dulces ha sido algo muy importante en mi familia, al menos de parte de padre. De hecho, en vida mi padre cambió su dieta luego de que le detectaran resistencia a la insulina. Él vivió una infancia muy dulcera. Mi abuelo tenía dinero y amaba los postres, por lo que las cocineras hacían todo tipo de recetas para que los Vergara comieran. Probó de todo: manjar blanco, chocolates, merengues, frutas con caramelo, etcétera. Mi padre me contaba que particularmente él era muy amante de los dulces y que solía ver a las cocineras haciendo manjar. De hecho era gordito desde muy pequeño, variando en peso a lo largo de su vida, pero finalmente tenía tendencia al sobrepeso-obesidad. En el matrimonio que tuvo junto a mi madre tuvo una obesidad durante mucho tiempo, todo esto debido a que fue una etapa difícil y supongo que siendo la azúcar una droga aceptada, recurrió a ella como consuelo. 

Yo comencé a engordar luego del abuso sexual que sufrí a los 7 años. Antes de eso solía mantener mi peso normal, pero al igual que mi padre, comenzaría mi dependencia a la droga dulce. Junto a mi madre, que también tiene obesidad, comencé a comer a destajo y a ahogar mis penas en ello. Actualmente tengo sobrepeso, pero como el próximo año cumplo 30, quiero cambiar esta forma tan poco saludable de ser heredada de mi familia y de una vez por todas cuidar el cuerpo que Dios me dio. Ha sido muy impactante el reconocer esta drogadicción, pero me ha agradado la sensación placentera de no saturar el cuerpo de este sabor. En concreto: ayer me tomé un te sin ningún tipo de endulzante, un simple te con leche y me senti aliviada. No era sabroso al paladar, pero me sentí liviana y tenía una sensación refrescante. Esta sola escena me hizo concientizar que he estado recibiendo toda mi vida una sobredosis de azúcar y adoptar con toda seguridad la descición de esquivar la diabetes en los años que me restan de vida. 

Es por esta razón que quiero escribir los aspectos más interesantes, divertidos y las dificultades que tenga durante este proceso de dejar la azúcar al nivel de consumo que he tenido durante toda mi vida. Ya no sentir esa sensación pesada, cargante y algo dolorosa al comer algo muy dulce en mis arterias. Como además soy una persona Altamente Sensible puedo sentir después de un bocado, las sensaciones que el efecto de las comidas producen en el cuerpo. El torrente sanguíneo, cómo le cae cierto alimento a mi hígado y a mi energía general, porque cuando como azúcar me siento más distraída, menos concentrada, algo excitada.  

Una de las grandes dificultades es encontrar con qué alimentos cambiar mi habitual consumo de azúcar y carbohidratos (que son mucho más fáciles de conseguir para mi), rompiendo con la pereza que me da cortar verduras luego de irlas a comprar. Por eso voy muy lento. Comenzaré disminuyendo el consumo de azúcar y evitándola. Luego buscaré reemplazos accesibles y me acostumbraré a integrarlos en mi rutina. 

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